El término globalización tiene un significado difuso que ha propiciado numerosas polémicas. Se refiere al proceso histórico de integración mundial en los ámbitos político, económico, social, cultural y tecnológico, que ha convertido al mundo en un lugar cada vez más interconectado, en una aldea global articulada por un conjunto de pautas, ante todo vinculadas con prácticas económicas cada vez más agresivas, que responden a los usos e intereses propios del capitalismo occidental
En este sentido, se han generado relaciones de interdependencia desde las relaciones internacionales a todos los niveles y en todos los ámbitos. Esta interdependencia que de algún modo ha existido siempre, se ha intensificado notablemente a partir de la 2ª Guerra Mundial, como consecuencia del incremento e intensificación de las interacciones económicas, políticas, informativas y comunicacionales, científico-técnicas, culturales y sociales entre los Estados, entre los actores internacionales y la ciudadanía.
En el marco del modelo capitalista occidental, las consecuencias de estas relaciones de interdependencia han supuesto un incremento de la dependencia y relaciones de poder desde la dominación y por tanto, pérdida de soberanía y aumento de la desigualdad.